Dijo que no balbuceando. Le dijo que no al espejo y al muchacho asustado que lo miraba del otro lado.
Sus manos mojadas resbalaban sobre el manillar de la maleta engrasada. Y el miedo de sus zapatillas chirriaba contra la madera lustrada de la escalera.
Alguien, parecía, andaba cortándole el aire a cada paso que daba. Y el viento, invisible, le tironeaba los sueños en dirección a la casa.
Ahí estaban las culpas caminando como hienas. Acechando al moribundo que abandonara su anhelo.
Y ahí estaba él. Con sus sueños envueltos en colorido papel de seda. Sus ganas invencibles de tocar la vida. Y sorberla toda en un suspiro.
Ahí estaba él, intocable.
Por un momento, alguien creyó que estaba loco.
Claudio Arce
Este es el mío
LA DORIS
E ra una loca buena
S ólo creía en los astros
T ambién en el destino
A veces tiraba el tarot
B uscaba espíritus,
A lmas en pena que ella ayudaba.
L as vecinas la consultaban
O la obligaban a leerles las manos,
C asi siempre acertaba.
A ndaba por la vida vestida con túnicas
L argas, blancas, etéreas
A escondidas de la gente
D esconectada de la realidad
O scura, íntima, personal
R espiraba sus sahumerios
I ndios y tailandeses
S ola. Incomprendida.
Clau
Pero el sábado pasó ésto:
El Rey de Tigre
Estábamos varias personas charlando en la puerta de entrada del restaurant cuando lo vimos llegar, atravesó el portón de la calle y caminó hacia nosotros. Alto, flaco pero panzón,
remera sucia, otrora blanca, bermudas y zapatillas, tampoco estaban limpias, pelo largo y blanco , muy largo, atado con una cinta negra cualquiera, cara de sajón, la piel roja, la naríz
también, alrededor de unos 60 años, todos nos miramos, algunos sonrieron, otros hicieron señas de que estaba loco. Subió los escalones y llegó casi hasta nosotros saludando con un
buenas tardes, alguien dijo, además de loco, trolo y se dispersaron para distintos lugares, ¡arrugaron! me dejaron sola, lo saludé y me pidió ver el menú y qué servíamos para el "five o´clock
tea" y empezó un largo monólogo primero dirigido hacia mi y luego,alzando la voz, para todo aquel que quisiera escucharlo: yo tengo un amigo en Cambridge que se autotitula El Rey
de Cambridge, yo entonces me declaro el Rey de Tigre y cuando tenga el dinero suficiente compraré todos los clubes de remo para mi y... siguió un rato más. Nadie le habló, entonces
asi como llegó se fue contando por las calles acerca de su reino.
No vino justo para que yo lo contara en mi taller de locura?
Clau
La loca mas loca que recuerdo vivia llendo hacia lo de valeria.
teniamos doce anos y para declarar nuestra madurez, debiamos volver caminando del colegio. Vale era muy timida. Tambien acomplejada por su inminente desarrollo fisico. Caminaba pegada a la pared...como si eso no la mostrara. Ni sus cualidades atleticas habian evitado que llegada esa edad ponga los hombros hacia adelante con el pecho undido.Yo todabia con cuerpo de nena, disfrutaba no sentirme mirada.
Vale contaba que la loca le gritaba desde el balcon cuando pasaba por su vereda. por eso aceleraba el paso y cruzaba del otro lado de la calle. cuando yo la acompanaba me indicaba no mirar...por las dudas. Yo no lo tomaba en serio y siempre miraba. Sin sus nervios.
Un dia la loca colgo un cartel de su balcon del tipo prohibido estacionar pero con la leyenda "soy pitufo pero no bolufo" . Incluia el dibujo del pitufo abajo.
vale insistia en no mirar pero a mime daba terrible risa. En parte por el cartel y en parte por la reaccion temerosa e incomoda de mi amiga. Llegaba a ponerse la mano junto a los ojos como un nino para evitar mirar ese balcon.
Yo nunca vi a la mujer porque la persiana estaba siempre baja. Mi amiga insistia en que estaba alli...escondida. Me la describia, ella si la habia visto. En los inicios.
Una tarde vale me anticipo: - no sabes lo que hizo viole!
Ese dia cuando pasamos por alli, vi que todas las paredes de la casa estaban escritas con enormes letras de pintura roja. Perecian propagandas politicas descontroladas.
Vale habia decidido cambiar el recorrido al colegio, pero cuando llegaba tarde no le quedaba alternativa por ser el camino mas corto.
Tiempo despues vimos alrededor de la ventana marcas de humo. No supimos mas de la mujer.
con los anos vale enloquecio. Luego yo.
Violets Fracchia
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